lunes, 5 de mayo de 2008

Un escape al oceáno

UN ESCAPE AL OCEÁNO

A solo algunos minutos de La Punta, en alta mar, se puede apreciar y disfrutar del mar y de la variedad de especies que albergan la isla San Lorenzo y el islote Palomino.


La salida


En un recorrido realizado en lancha alrededor de la Isla San Lorenzo, gracias a la empresa MarAdentro, se pudo constatar que para disfrutar de la naturaleza solo se necesita de ímpetu y deseos de exploración.


Con ayuda del capitán Eduardo, a la vez guía del viaje, nos fuimos familiarizando con el lugar. Es así que llegamos a “El Camotal”, zona que algunos afirman es parte del Callao que se hundió en 1746. Allí ya se empezaba a apreciar las gaviotas que jugueteaban en los aires y en el mar. El faro Grau que sirve de guía a todos los barcos y que tiene 30 millas de alcance pudo ser visto con mayor detalle desde este tramo del viaje.


Luego de algunos minutos, fuimos adentrándonos en el mar y se podía observar con más claridad la isla San Lorenzo. Esta isla está ubicada frente a la playa de La Punta – Callao y tiene 8 Km. de largo, entre los paralelos 77º16’ - 77º11’ de Longitud Oeste y 12º3.8’ – 12º5’ de Latitud Sur. Se dice que esta isla tuvo su origen durante las grandes transformaciones geológicas del planeta hace unos 120 millones de años. Allí lo primero que llamó la atención fue el gran grupo de pelícanos conglomerados que jugueteaban en las orillas del mar o en las rocas.


Conforme fuimos avanzando alrededor de la Isla, nos acercábamos más al islote Palomino. Ésta se encuentra a pocos metros de San Lorenzo y de El Frontón. En este lugar se pudo apreciar el pingüino de Humboldt en todas sus variantes. Habían pingüinos jóvenes, reconocibles por tener pecho blanco, y pingüinos adultos, característicos por la franja negra en el pecho. El pingüino de Humboldt posee alas con forma de aletas adaptadas para nadar. Es el único tipo de pingüino que habita en las costas peruanas. Mide 68 cm y vive dentro de colonias en zonas rocosas. Pero las aves no perdieron protagonismo en este lugar. Se pudo observar grandes poblaciones de aves guaneras, entre ellas el guanay, la chuita, el piquero y el zarcillo.


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Un Paracas en Lima


La Corriente Peruana o Corriente de Humboldt tiene aguas frías provenientes del extremo Sur de América y la Antártida. Ha sido catalogada por algunos estudiosos como una “sopa de plancton”, lo que ha permitido el desarrollo de una variada vida animal y vegetal, compuesta por algas de diversos tipos y mamíferos como los lobos de mar, que fueron apreciados en este trayecto del paseo.


Los lobos marinos o leones marinos son animales juguetones que viven en grandes grupos. En el recorrido vimos vastas poblaciones de estos animales tanto en tierra firme, como en el mar. Algunos nos recibieron con recelo, ya que tenían temor de que invadiéramos su territorio. Habían algunos otros que, por el contrario, se acercaban a la lancha e improvisaban piruetas saltando fuera del agua.


Los lobos marinos pescan de noche y comen calamares, peces y pulpos. Tienen una temperatura corporal muy alta, por lo que siempre tienen que estar con la piel mojada. Son los más grandes de la familia de los otáridos, parientes de las focas y la morsa. Miden entre 2.20 y 2.80 metros, y tienen un peso entre 200 y 500 kilos


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Trabajo y compromiso


Existen algunas personas que, con el fin de promover el respeto por la naturaleza, han creado formas de acercar a la población con zonas y especies naturales que deben ser cuidadas. Es así que se resalta la labor de la empresa MarAdentro, ya que por medio de este tipo de exploraciones marítimas se está difundiendo un lugar con un variado ecosistema, a pocos minutos de la capital. Estos paseos ayudan a comprometerse con el cuidado del medio ambiente, ya que enseñan que tenemos una variedad de especies animales, algunos únicos en su categoría, y por ello es necesario defenderlos y no fomentar su depredación.


MarAdentro se ha planteado mostrar el medio marino de manera responsable promoviendo su protección. Ya no es necesario salir de Lima para disfrutar de un paseo en alta mar que muestre la riqueza de la fauna marina. Ojala otras empresas se animen a seguir este ejemplo, siempre velando por la seguridad de los viajantes y preservando el medio ambiente. Vale la pena.


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